La Acuaponía es una relación simbiótica entre la hidroponía y la acuicultura. La hidroponía ha destacado en el desarrollo de grandes cantidades de vegetales en espacios pequeños y con un mayor control del ambiente. La acuicultura, a través de su empleo en granjas de peces, ha proporcionado una base a partir de la cual se pueden transformar recursos derivados de peces en aguas ricas en nutrientes. Cuando combinamos ambas, empezamos a sacar provecho de este potente sistema de ciclo cerrado, replicando ecosistemas de la Tierra a partir de los que prosperan plantas y peces. Los peces digieren la comida, descomponiéndola en nutrientes para las plantas. Las plantas, a cambio, absorben dichos nutrientes y residuos y el agua es devuelta a los peces nuevamente.
Una de las mayores ventajas que tiene la Acuaponía sobre las otras formas de agricultura es el aprovechamiento de un ecosistema. Este ecosistema deriva del crecimiento beneficioso y complejo de la Tierra y de su evolución a lo largo de extensos periodos de tiempo. Justo estamos empezando a comprender sobre la ingente cantidad de maneras en las que un ecosistema proporciona nutrientes a las plantas, y confiamos en estos ecosistemas a la hora de producir aquellos cultivos de gran calidad que nuestros clientes desean.
Un sistema acuapónico es, en esencia, un sistema continuo de flujo hídrico y de nutrientes en un ambiente protegido. Como resultado, la cosecha será mucho más abundante que en una granja tradicional. La Acuaponía produce entre 10 y 30 veces más que una granja normal empleando el mismo espacio. Dado que es un ecosistema, no podemos utilizar pesticidas, fertilizantes perjudiciales ni aditivos, por lo tanto, el producto es 100% orgánico y natural. Un producto de alto rendimiento que sea orgánico y natural, tendrá un precio mucho más alto en el mercado.
Lo interesante de la Acuaponía reside en su capacidad a la hora de ajustarse a pequeños sistemas para el hogar, granjas en contenedores e incluso en agricultura extensiva abarcando muchas hectáreas. Se adecua a sus necesidades en cuanto a espacio.
Cuando sacamos provecho de un ecosistema, también obtenemos los beneficios en cuanto a los sistemas inmunes complejo que traen consigo. Los sistemas acuapónicos son, de forma natural, más resilientes ante las enfermedades, deficiencias y fluctuaciones, y también manejarán de forma intrínseca los problemas que surjan.